miércoles, 18 de noviembre de 2015

Diabetes en primera persona

En el anterior post hablamos de qué era la diabetes, la diferencia que había entre la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2, centrándonos sobre todo en que la diabetes tipo 2 es prevenible y curable. En esta ocasión, vamos a ver como es el día a día de un diabético tipo 1. La historia que os traigo es la de Chus Maraver, mi hermana. Una historia de aprendizaje y superación sobre como aprender a vivir con la diabetes. 



Os dejo con la entrevista.


¿Desde cuándo tienes diabetes tipo 1? ¿Con qué edad te la diagnosticaron?

Soy diabética tipo 1 desde hace 11 años. Tenía 15 años cuando me la diagnosticaron, fue un par de semanas después de empezar el curso en 4º de la ESO.

¿Qué supuso para ti el diagnóstico de la diabetes?

Justo cuando me lo dijeron pensé en que mi comida a partir de ahora iba a ser un triste plato de lechuga y que no iba a poder comer migas en la feria, pero esta tontería me duró solo un par de horas. Al principio, lo que más me costó fueron los pinchazos, la primera vez fue todo un drama. Pero esto es lo que hay, había que acostumbrarse sí o sí. Fueron muchos cambios: nuevas palabras, nuevos aparatos y nuevas rutinas, pero todas esas cosas dejaron de ser nuevas bastante pronto.


¿Qué pensabas en ese momento de la diabetes? ¿Te sentías diferente por tener diabetes?


Cuando me diagnosticaron, pensaba que la diabetes iba a suponer un cambio inmenso en mi vida, y ni mucho menos fue así. Nunca me sentí diferente por tener diabetes. Nunca he dejado de hacer nada que quisiera hacer por tener diabetes. Estudio, trabajo, viajo, hago deporte, salgo de fiesta y hago todo lo que me gusta hacer. La diabetes nunca me ha supuesto una limitación, cuento que siempre va conmigo, pero nunca estorba.


A día de hoy, ¿te es fácil controlar tu diabetes? 


Yo no lo definiría como fácil/difícil sino como “comprometido”. Controlar la diabetes supone pensar mucho en lo que vas a hacer cada día y, teniéndolo en cuenta, controlar lo que vas a comer. Por eso, creo que para que controlar la diabetes te resulte fácil, hay que ser responsable con uno mismo y con nuestra salud. Sinceramente, es un rollo tener que pincharse tantas veces, remirar las etiquetas de los alimentos e ir siempre preparado para los “por si acaso”. Por eso, creo que hay que estar comprometidos con esta rutina e intentar no poner excusas fáciles para no controlarse. Aunque muchas veces no nos lo parezca, con los pequeños esfuerzos diarios conseguimos un beneficio inmenso a largo plazo. Y eso nos merece mucho la pena.Si nos informamos, nos observamos, y a partir de ahí nos controlamos, entonces, sí que es fácil.


¿Cómo es hoy el tratamiento de un diabético tipo 1?


En los diabéticos tipo I, nuestro páncreas no funciona como en las personas sin diabetes. No produce la insulina que necesitamos para transportar la glucosa de la sangre a las células, y por eso nuestro tratamiento es esa insulina que nos falta. En mi caso tengo dos tipos: una insulina de acción lenta (basal) que me inyecto una vez al día, y una insulina de acción rápida que actúa sobre los picos de subida de glucosa de las comidas. Conozco a otros diabéticos tipo I que en vez de las inyecciones tienen bombas de insulina, un dispositivo que se coloca sobre la piel, y a través de un catéter va liberando insulina en sangre poco a poco.
Para mí, la peor parte de mi tratamiento de inyecciones son los pinchazos, pero me gusta la libertad que te proporciona para ajustar las dosis en función de la comida (no me inyecto lo mismo si voy a comer un plato de paella un domingo en casa, que si me voy a comer una ensalada y un pescado a la plancha y después voy a estar trabajando). Pero esa facilidad del tratamiento para ajustar las dosis no le quita importancia a controlar la dieta. Tener una alimentación sana y equilibrada va a facilitar mantener los niveles de glucosa estables. Y por supuesto, el deporte. Yo no soy una súper deportista, pero sí que hago ejercicio varias veces en semana y tanto el cuerpo como la mente lo agradecen.


¿Has recibido educación nutricional de tu endocrino?


La semana siguiente a cuando me diagnosticaron la diabetes, mis padres y yo fuimos a educación nutricional. Fueron unas clases muy productivas pero creo que deberían mantenerse más en el tiempo. Después del diagnóstico las familias estamos en shock con tanta palabreja nueva (hidratos de carbono, raciones, bolo, suplemento, acción rápida, lenta, etc.). Por eso creo que la educación nutricional debería tener seguimientos más periódicos y no hacerlo sólo una vez que te diagnostican y te mandan para cosa con ese cacao de información en la cabeza. Este año pasado, trasladé mi expediente a Granada y me ofrecieron si quería volver a asistir a educación nutricional. Fui para volver a repasar cómo contar las raciones de hidratos de carbono (la asignatura que siempre se me ha atravesado, y estoy segura de que no soy la única) y esta vez sí que fue realmente productivo. Al volver a escuchar las clases me di cuenta de lo que había estado haciendo mal todo este tiempo y me explicaron cómo hacerlo bien. Desde aquí, aprovecho para pedir más educación nutricional para diabéticos como parte del tratamiento, sesiones de seguimiento todos los años para que los problemas y las dudas se vayan resolviendo poco a poco.


Sabemos que actualmente estás viviendo en EEUU. ¿Ha afectado esta situación de alguna forma al mantenimiento de tus glucosas?


Si quieres que te sea sincera, la verdad es que sí. Aunque siempre vaya con el “sugar-free” por delante, es mucho más complicado que en España saber la composición de los alimentos, sobre todo cuando comes fuera. Aquí prácticamente todo lleva añadidos, sazonadores, y miles de sabores que complican el saber cuántas raciones de hidratos tiene lo que te vas a comer. Esto me ha hecho tener que hacerme los controles de glucosa mucho más a menudo, para ir viendo como respondía mi cuerpo a cada comida.


¿Has sido víctima de alguno de los famosos mitos de la alimentación para diabéticos?


Muchas veces es fácil caer en los mitos de “comidas para diabéticos” pero normalmente me libro de caer en esas trampas gracias a los trucos que me ha ido contando mi endocrino. Es cierto que muchos de los alimentos para diabéticos en realidad tienen fructosa o lactosa que luego se transforma en glucosa en el organismo. O los rótulos de “sin azúcar añadido” no quita que luego el resto de componentes de por sí, lleven azúcar. Así que si en algún momento no puedo resistir la tentación de comer unas galletas o una onza de chocolate, la tomo del normal, en muy poca cantidad, y ajustando la dosis de insulina para ese pico de glucosa. Muchas veces las barreras mentales de “no puedo comer esto” nos hacen pasarlo mal y pueden llegar a ser muy frustrantes. Lo que sí que es un error es consolarse pensando “venga puedo comer chocolate pero de este porque es del de diabéticos”. Volvemos a la idea de que hay que informarse y controlarse.

¿Qué consejos les dirías a los jóvenes que le han diagnosticado diabetes recientemente?

Les diría que tengan paciencia, y que no tengan miedo a equivocarse. Yo he tenido más de una metedura de pata que me han hecho pasarlo regular, pero aquí más que nunca es cierto que de los errores se aprende. Que lean y se informen mucho, que aprendan testimonios de otros pacientes (Patricia de Vive tu diabetes a mí me ha enseñado mucho). Y sobre todo, que aprendan de ellos mismos, que se observen, y que se quieran. Tenemos que aprender a vivir con la diabetes, no que la diabetes viva con nosotros. El esfuerzo de cuidarse tiene una recompensa incalculable y la diabetes va a ser nuestro compañero de vida, así que más nos vale llevarnos bien con ella. Es tremenda la satisfacción que produce darse cuenta de que la diabetes no supone un obstáculo en nuestra vida, que tenemos toda una vida por delante y que la diabetes se viene de la mano con nosotros.



No hay comentarios:

Publicar un comentario